Cartafolio veneciano (XXXII)

Nocturno de la Piazza de San Marco. La orquesta del Caffè Quadri toca el tema principal de la banda sonora de la película Titanic. Rigurosamente cierto. Todavía desconcertada, no sé si tengo que interpretar aquello como una muestra del sentido del humor veneciano o como el síntoma de un espíritu refractario a la superstición.

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Tenía entendido que la noche era uno de los grandes momentos de Venecia. Lamento discrepar. Venecia no me parece una de esas ciudades que ofrecen de madrugada secretos y encantos inéditos a la luz del día o que se reinventan en la oscuridad nocturna gracias a los efectos del alumbrado eléctrico, que aquí es muy precario. Así es que Venecia sigue siendo Venecia por la noche, con el grave inconveniente de que se la ve con dificultad.

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Toda la luz de Venecia se refugia al llegar la noche en las fachadas de la Iglesia y la Scuola Grande di San Rocco.

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