-Es una cosa muy fácil –le dije-. […]
Supóngase usted que […] en esta cama estuviese don Eugenio Montero Ríos […].
Pues bien: […] le preguntaba usted cosas de política y lo que él le dijese a
usted se le decía usted al público de la misma manera. Le preguntaba usted qué
había de la ley de Asociaciones, y ponía usted: “¿Qué hay de la ley de
Asociaciones? –le preguntamos”. Él le contesta a usted, por ejemplo, que no
podía darle su opinión. Entones ponía usted: “No puedo darle mi opinión –nos
contestó”. Todo esto lo aprendería usted enseguida.
-Bueno; pero para decir que Montero
Ríos no me había dicho nada, lo mejor era no decir nada tampoco.
Mi sirviente tenía razón y en vista de
ello le insté a que siguiera limpiando. Decididamente no servía para
periodista. No comprendería nunca el arte de estos hombres que sin tener ideas
ni sintaxis, logran entretenerle en sus ratos de ocio, cuando deja la escoba y pide
algo para leer”.
Julio Camba
“Yo y mi sirviente (El repórter es mi
sirviente)"
El País. Diario republicano, 29 de octubre de 1906
El País. Diario republicano, 29 de octubre de 1906
Foto de Walter Sanders. París, 1959.
0 comentarios:
Publicar un comentario